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miércoles, 31 de agosto de 2011

SOBRE EL ARTE DE LA GUERRRA ELECTORAL

SOBRE EL ARTE DE LA GUERRRA ELECTORAL

La política es una guerra sin efusión de sangre; la guerra una política con efusión de sangre.
Mao Tsé Tung

La similitud entre los sistemas simbólicos de la guerra y la comunicación política no son obra de la casualidad. La competencia electoral vino a sustituir a la guerra en términos de la lucha por la expansión de ideologías y grupos de poder sobre recursos, en su mayoría, escasos.
Hoy, las cruzadas no derraman sangre. Las batallas se dan en la mente y en los corazones de los electores. El terreno a conquistar es la percepción y el ejército son los simpatizantes y activistas que han depositado su confianza en un proyecto político. A ellos hay que hacerles llegar las armas, nuestro mensaje. Hemos convertido así, las palabras y las imágenes en armas de alto calibre. El botín ya no es botín, hoy es un voto.
Mao Tsé Tung coincide de alguna forma con Karl von Clausewitz cuando dice que “la guerra es la continuación de la política por otros medios”. La comunicación política se trata de construir mayorías a través del diálogo, de la difusión creativa de ideas, antiguas y nuevas, a través de los medios de comunicación que las sociedades utilizan para informarse y entretenerse. Se trata de ganar la guerra sin sangre. Se trata de ganar sumando la voluntad de una mayoría dispuesta a confiar en el liderazgo de una persona o partido para la construcción de un mejor futuro.
En otras palabras, las campañas electorales y la guerra persiguen el mismo fin, pero con distintos medios. Al final del día, ambas pretenden llegar al mismo lugar: constituir la autoridad de un grupo , más o menos homogéneo, de personas, dentro de un territorio delimitado.

La táctica y la estrategia son cosa diaria en la guerra y en las elecciones
Por otro lado, la táctica y la estrategia son cosa diaria en la guerra y en las elecciones. En ambos casos, el éxito o el fracaso de un general, o de un candidato, dependerá en gran medida de su capacidad para planear estratégicamente cada uno de sus avances hacia el objetivo final, así como las tácticas diarias que le permitan mantener el rumbo para no desviarse del camino.
Las diferencias tienen que ver primordialmente con las formas de conquista, así como con los territorios por conquistar.
En una batalla, por ejemplo, se buscan posiciones para que la infantería ataque con ventaja a los ejércitos enemigos, por lo que, el territorio y su topografía juegan un papel fundamental.
En tanto, en una elección, los espacios a ocupar no siempre son territoriales, más bien, la mayoría de las veces se trata de espacios en los medios de comunicación desde donde los candidatos tienen que bombardear a los electores con sus mensajes.
En este sentido, mientras que en la guerra el arma más potente es la fuerza, en las elecciones es el mensaje.
El mensaje es como la pólvora.
Puede ser utilizado en misiles o en revólveres.
En la voz de un líder como Bill Clinton, Rafael Correa, Vicente Fox o Hugo Chávez y lanzado desde la montaña más alta de CNN hacia todo el mundo o en pequeños papeles impresos que se entregan mano en mano y se leen dentro de una comunidad específica que podría, como fue el caso del voto latino en Nueva York y Florida para las elecciones presidenciales en Estados Unidos en 2008, definir al presidente de la nación más poderosa del mundo.
-          Las similitudes entre la narrativa política y la narrativa bélica no son casualidad; ambas confrontan adversarios en la contienda por la expansión de ideologías y grupos de poder sobre recursos, en su mayoría, escasos.
-          En la guerra, el arma más potente es la fuerza; en las elecciones el mensaje.
-          Las elecciones son a la paz democrática lo que las batallas a la guerra; entender las artes y técnicas de la guerra nos prepararán para hacer mejores campañas en tiempos de paz.


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ELEMENTOS DE LAS CAMPAÑAS

ELEMENTOS DE LAS CAMPAÑAS

Toda campaña pretende establecer un sistema de comunicación temporal, que integra:

Un plan
El Planl explica cómo se obtendrá el triunfo, que define los objetivos, las estrategias, la organización y los recursos necesarios para la victoria; que trata de producir un esfuerzo de campaña unificado, coordinado y controlado que combine todos estos medios, de modo que el candidato o sus agentes puedan establecer contacto con el elector apropiado de la manera más eficaz y en el momento oportuno para captar su atención, persuadirlo e impulsarlo hacia las urnas, o disuadirlo de que vote por los otros.

En suma, pretende que mediante esta comunicación persuasiva, en un determinado plazo, resulte determinada votación, esto es, el número de votos válidos suficiente para la victoria, al menor costo posible.
El plan puede ser informal y estar basado en la mera intuición, o como es lo más deseable, fundamentado en la investigación científica del electorado, de los candidatos y de las condiciones en que tendrá lugar la campaña.

Los candidatos
Estos son los candidatos en competencia e interacción, nominados por un partido o una coalición de partidos, que intentan persuadir a los electores para que aporten recursos, tiempo, esfuerzo y, sobre todo, votos a su causa, y no a la de sus contrarios, mediante el ofrecimiento de propuestas para solucionar la agenda política del momento y la exposición de sus cualidades y logros personales que, según ellos, garantizan el mejor desempeño del puesto público en disputa.

Dada la magnitud del electorado de cualquier división territorial, los candidatos tienen que recurrir a familiares, avales (personalidades y organizaciones), representantes y agentes organizacionales, es decir, a personas que los sustituyan en los actos de menor prioridad, o que en su nombre, de manera sistemática y organizada, contacten directamente a los grupos de electores considerados de importancia estratégica mediante visitas domiciliarias, teléfono, correo, Internet o cualquier otro medio.


Los Signos
Esto se refiere a los signos, símbolos, imágenes, señales y mensajes.
-          Los signos son estímulos, como los sonidos, los colores, las palabras, los gestos, las posturas y la indumentaria.
-          Los símbolos son signos con un significado particular para determinados grupos, como los símbolos nacionales.
-          Con los signos y símbolos se trata de provocar imágenes, representaciones mentales en los electores, y enviar señales positivas de los candidatos para que se conjuguen favorablemente con las imágenes y señales que ya se encuentran en la mente de los electores acerca de cómo debe ser y lo que debe hacer quien ocupe el cargo objeto de la elección.
-          Los mensajes explícitos expresan la razón o el conjunto de razones para votar por un candidato y no por sus opositores: sus cualidades y logros personales, su ideología partidista y realizaciones de los gobiernos de su partido, sus propuestas políticas específicas, la situación que se avecina, o la necesidad de cambio o continuidad del partido en el gobierno.

La comunicación se realiza por diversos canales que van desde las presentaciones personales de los propios candidatos, su familia, sus avales, sus representantes y agentes organizacionales de campaña y partidistas como las brigadas pro voto, hasta impresos, bardas, volantes, folletos y audiovisuales que integran la propaganda de la campaña.

La propaganda, la información y las relaciones públicas de la campaña transmiten el mensaje y proyectan la imagen que el candidato pretende capte el elector, por los medios masivos.

Es común que el voto del elector se base en las diferencias y en los contrastes que ofrecen los candidatos, de ahí su interés por “posicionarse” o definirse a sí mismo positivamente en relación a los demás candidatos, de manera consistente con sus propuestas y por estructurar una imagen consistente también.

En este sentido, la comunicación política persuasiva ocurre no sólo por medio del mensaje explícito de la campaña, sino también mediante la presencia física, la vestimenta, las actitudes y el comportamiento del candidato, sus familiares y equipo, sus patrocinadores y avales, así como los actos que organiza y los medios que utiliza para llevar a cabo su campaña, todo lo cual proyecta imágenes y señales acerca de su idoneidad para el puesto público que busca y de su futuro ejercicio en el cargo.

Además, para “posicionarse” con solidez, cada candidato tiene que definir negativamente a sus opositores para distinguirse de ellos y para disuadir a sus simpatizantes de que le otorguen su voto.

Esta es la campaña negativa, la cual es un esfuerzo por difundir los aspectos negativos de los opositores para desalentar a sus posibles seguidores. Se trata de identificarlos y etiquetarlos con algo que provoque el rechazo, el disgusto, la burla o el temor de los electores.

La manera como se recibe esta comunicación en el electorado es afectada por sus propias características personales y sociales, por lo que transmiten los medios masivos, así como por el ambiente y el momento que se viven durante las elecciones.

Los Electores heterogéneos
Los electores heterogéneos son quienes deben decidir, bajo la influencia de su familia y de su grupo de referencia, entre las opciones electorales en pugna y excluyentes que les ofrece cada candidato, y las imágenes, señales y mensajes que les envían sus opositores.

Lógicamente, los electores que interesan a las campañas son aquellos en los que tienen mayor oportunidad de influir y que con mayor probabilidad serán votantes efectivos el día de la elección.

Sus blancos principales son los electores indecisos e independientes para persuadirlos y los simpatizantes débiles para reforzarlos en favor del candidato.

Sus objetivos secundarios son los simpatizantes débiles de la oposición para persuadirlos de que cambien su preferencia, o disuadirlos de que sigan apoyando a los opositores y se abstengan.

Los simpatizantes partidistas o electores que ya son un fuerte apoyo para determinados candidatos o partidos, o son hostiles a los mismos, no son persuadibles por una campaña, ni la necesitan para definir su voto, sólo hay que cuidar que los que están a favor sí acudan a las urnas. El propósito general es ganar el voto blando y garantizar el voto duro.

El Voto Blando es el que se emite conforme a las circunstancias de cada elección: principalmente candidatos, propuestas  y campañas de los mismos, desempeño del gobierno, situación económica, etcétera., por lo que no es fiel a un determinado partido. En consecuencia, es un voto inestable,

Por otra parte el Voto Duro, es el voto sufragado por militantes y simpatizantes permanentes de un partido, cuyo apoyo no depende de los candidatos y de los programas que ofrezca al electorado, o de la situación, sino de su identificación con él. Este voto es la base electoral de los partidos y les proporciona estabilidad, al igual que al sistema político. 

Un medio ambiente compuesto básicamente por una estructura y una coyuntura dentro de las cuales tiene lugar la campaña y que representa oportunidades, restricciones y amenazas para su desarrollo, ya que la comunicación nunca ocurre en aislamiento, sino siempre en un contexto determinado.

La estructura está integrada por factores más o menos permanentes que conforman la campaña, geográficos, legales, económicos, sociales, políticos y culturales, como la división electoral, la dimensión del electorado, la demografía, la estratificación ocupacional y social, la competitividad de los partidos, las actitudes hacia las elecciones, y la legislación y los órganos electorales.

La coyuntura se refiere al momento en el que transcurre la elección: los temas de la agenda pública, la evaluación popular del gobierno en el poder, los niveles de empleo e inflación, las amenazas a la estabilidad y la paz, el grado en que la gente común relaciona los problemas de su vida cotidiana con la política y el gobierno, etcétera.

La estructura y la coyuntura facilitan o dificultan la eficacia de los mensajes, imágenes y señales de los candidatos para persuadir electores. Por eso, dentro del corto tiempo que puede durar, una campaña puede estar ganada o perdida de antemano si el medio ambiente le es muy favorable o si por el contrario, constituye un obstáculo muy difícil de remontar.

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sábado, 27 de agosto de 2011

MARKETING POLÍTICO: LA ORGANIZACIÓN

MARKETING POLÍTICO: LA ORGANIZACIÓN

Como se viene afirmando en el artículo anterior, la integración de los cinco elementos es la metodología de trabajo que debe ser el plan rector que define el uso de las diferentes técnicas y herramientas que conforman el marketing político. Siendo los cinco elementos la organización, la investigación, el análisis y estrategia, la comunicación y los electores.

Para comenzar, la organización viene a ser el punto de partida de cualquier campaña política, donde se establecen las reglas generales bajo las cuales el equipo de campaña debe operar, y se determinan los roles de todos los integrantes del Equipo de Campaña y las áreas que deben ser contempladas en la misma.

Se podría decir que es el establecimiento del organigrama de la campaña, sin embargo este organigrama no es un proceso estandarizado y rígido, sino que debe responder a las diferencias inherentes dentro de cada campaña.

En este sentido, puede decirse que en el proceso de organización se deben definir las áreas claves que deben atenderse en una campaña y debe queda establecido el jefe, coordinador, gerente o responsable de la campaña.

Las áreas claves que deben incluirse en la organización de la campaña son: estrategia, agenda, comunicación, finanzas, promoción de voto, equipo electoral e investigación política.

La estrategia
Las campañas electorales son esencialmente comunicación política y en ellas la estrategia se refiere a cómo se posiciona un candidato ante el electorado por medio de un mensaje y asigna sus recursos para maximizar su fortaleza y minimizar su debilidad a lo largo del proceso electoral. Cómo y cuándo se comunica ese mensaje (persuasión, secuencia, oportunidad, intensidad) y cómo y cuándo se movilizan los recursos disponibles para hacerlo, son los componentes estratégicos de toda campaña.

Los propósitos de la estrategia son aumentar las probabilidades de  victoria electoral y disminuir las oportunidades de derrota en las urnas; superar las barreras o situaciones que dificultarán el logro del triunfo electoral, como alguna característica del candidato (sexo, edad, pasado nebuloso, falta de resultados de su partido en el gobierno, etcétera.) o la escasez de recursos para la campaña. También es uno de sus propósitos aprovechar las oportunidades que puedan presentarse para sacar ventaja a favor del candidato, como una devaluación de la moneda o el descubrimiento de un fraude cuantioso, imputables al candidato o partido opositores.

Las tácticas son la herramienta para implementar la estrategia, se refieren a la operación día a día de la campaña en contacto con los electores (mítines, visitas domiciliarias, debates, ruedas de prensa, spots, correos etcétera.). Son las acciones directas y modificables que se emprenden para lograr objetivos concretos en las diversas etapas y en los distintos niveles en que se traba el combate electoral: los candidatos, los medios masivos y el electorado.

La estrategia y la táctica no pueden ser divididas en compartimentos separados porque no sólo se influyen, sino que se mezclan una con otra. "En caso de victoria táctica, la estrategia se somete", escribió el general Moltke.

La Agenda
La campaña puede interpretarse también como una serie de actividades que se llevará a cabo en ciertas fechas o que tiene que ser completada en fechas definidas, ya que esencialmente la campaña constituye un esfuerzo organizado temporal, sujeto a un plazo fijo para alcanzar su objetivo.  La estrategia, por lo tanto, debe establecer el calendario de la campaña, es decir, una lista por fechas y orden de las tareas de campaña que deben cumplirse.  Un calendario de campaña es una parte importante del plan de campaña y sirve como una herramienta de dirección porque permite asegurarse de que las tareas necesarias sean realizadas a tiempo.

La estrategia básica de toda campaña consiste en controlar el debate, es decir, en determinar el campo donde se librará la batalla, mediante la imposición de los temas que definan la elección y forzando a los opositores a debatir sobre temas que obviamente son aquellos en los que el candidato propio puede desplegar todas sus capacidades con ventaja. “Si quiere ganar, establezca la agenda”.

Algunas de las fechas clave de las campañas son las siguientes:
a. Inicio y conclusión de la campaña.  Supone haber preparado un plan de campaña, el cual tuvo que requerir de investigaciones previas.

b. Actos principales del candidato: giras, mítines, visitas puerta por puerta, presentaciones en los medios masivos, colectas de fondos, discursos principales, debates.  Implica una serie de actos preparativos, como disponer de una agenda, de un equipo de campaña, de material de propaganda y para la prensa, de vehículos, de discursos, de oficinas, etcétera.

c. Inicio, cambio y terminación de la propaganda en medios electrónicos, impresos y visuales.  Considera haber desarrollado y contratado un programa de medios; haber diseñado y producido el material propagandístico respectivo.

d. Entrevistas y conferencias de prensa.  Requiere de un programa de información y relaciones con la prensa y del equipo necesario para ponerlo en práctica.

e. Actos principales para recolectar fondos.  Supone haber elaborado un programa de colecta de fondos y contar con una organización capaz de realizarlo.

f. Inicio y conclusión de la promoción del voto por correo, teléfono, puerta por puerta, a partir de un programa de promoción del voto y disponer del equipo y materiales necesarios.

g. Encuestas de seguimiento o trayectoria.  Implica haber realizado encuestas anteriores y tener con quien las realice o contratarlo.

Próximamente se estará desarrollando las áreas claves de la comunicación, finanzas, promoción de voto, equipo electoral y la investigación política

MARKETING POLÍTICO

El marketing político es el conjunto de técnicas de investigación, planificación, gestión y comunicación que se utilizan en el diseño y ejecución de acciones estratégicas y tácticas a lo largo de una campaña política, sea ésta electoral o de difusión institucional.

Elementos: Según la forma tradicional de ver lss campañas electorales, éstas se componen principalmente de tres elementos: Mensaje, dinero y activismo.

-       Mensaje: El Mensaje es una oración concisa que dice por qué los votantes deben elegir a un candidato. El mensaje es uno de los aspectos más importantes de una campaña política. En una campaña moderna, el mensaje debe ser cuidadosamente creado antes de ser propagado. Las mayores campañas gastarán cientos de miles de pesos en focus groups o encuestas de opinión, para saber cuál es el mensaje que se necesita para llegar a la mayoría de votantes en el día de la elección.
-       Recaudación de fondos: Entre las técnicas para recaudar fondos se incluyen reuniones entre el candidato y grandes donantes en potencia, solicitud directa por correo a pequeños donantes y el “cortejo” de grupos interesados que podrían terminar donando cantidades importantes.
-       Activismo: Por último, el activismo, está representado por el capital humano, la infantería leal a la causa, los verdaderos creyentes que llevarán el mensaje voluntariamente. Usualmente las campañas tienen un dirigente encargado de tomar decisiones tácticas y estratégicas para hacer de esta fuerza humana una herramienta altamente beneficiosa. En épocas muy recientes el uso de las nuevas herramientas digitales en el activismo político ha demostrado gran potencial, haciendo que comience a hablarse de la Ciberpolítica, como una realidad.
Sin embargo, toda campaña electoral debe contemplar cinco elementos muy importantes, los cuales deben conocerse, manejarse e integrarse de la mejor manera posible por el equipo que maneja la campaña electoral, porque pareciendo ser muy sencillos su buen manejo puede ser la diferencia en el éxito o fracaso de una campaña.
Al referirse a la integración de estos cinco elementos se está hablando de una metodología de trabajo bajo la cual, el manejo de una campaña política se desarrolla siguiendo parámetros que le confieren un nivel profesional.
Esta metodología de trabajo debe ser el plan rector que define el uso de las diferentes técnicas y herramientas que conforman el marketing político.
Los cinco elementos son:
1.      Organización
2.      Investigación
3.      Análisis y estrategia
4.      Comunicación
5.      Electores
Al entender esta metodología resulta más sencillo entender el proceso integral de una campaña y el rol de los consultores políticos en la misma. En artículos futiros se van a ir explicando brevemente estos cinco elementos. 
 
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Lic. José Pérez Leal