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sábado, 20 de septiembre de 2014

LA IMPORTANCIA DE LA ENCUESTA ELECTORAL

LA IMPORTANCIA DE LA ENCUESTA ELECTORAL



En este artículo se presenta la importancia de realizar estudios de opinión pública que permitan sondear el comportamiento del elector, próximo a un evento electoral importante. De acuerdo con Napolitan, (1986) “los sondeos de opinión pública nunca han ganado elecciones; pero se puede ganar elecciones con lo que se hace de los sondeos”. En este sentido, la encuestas cuyos resultados son ampliamente divulgados, producen algún tipo de motiva para los involucrados, tanto internos como externos al proceso. Se quiere saber o tener certeza sobre la diferencia entre el resultado de los sondeo y la realidad misma para orientar las decisiones lo mejor posible.
Es por eso que los sondeos de opinión pública constituyen una realidad más que aceptada, adquirida. El prestigio y la reputación de las encuestadoras se ve comprometido y su deber conducir en forma ética, científica y oportuna el trabajo a realizar para obtener resultados con un soporte sólido, tanto teórico como empírico, que sustente la investigación y haga posible su verificación.
Es bueno destacar que los sondeos modernos constituyen para la democracia el instrumento más útil que haya sido jamás concebido. Aunque muchos disientan de esta opinión, Plepso como equipo interdisciplinario de trabajo estamos conscientes de la necesidad de volcar toda la fe y empeño en que sus estudios de opinión política sean confiables, verificables, oportunos y levantados con una alta noción ética y de honradez.
En este contexto, el candidato se promueve a través de contactos directos, de la propaganda y la promoción del paquete4 de promesas  electorales. De esta manera, establece comunicación con los electores los que, a su vez, lo hace con él mediante el empleo de las encuestas electorales. Sin embargo, las encuetas electorales tiene un momento para su levantamiento y no sólo un tipo de encuesta es aplicable para todo el proceso que implica la campaña electoral.
Es bueno señalar que una campaña electoral es un proceso que va cumpliendo una serie de pasos o etapas y que en cada momento del mismo tendrá sus características particulares, sus problemas y toma de decisiones adaptado a dicho momento. Se inicia la campaña con la selección del candidato entre varios candidatos propuestos en el seno de la organización partidista para luego hacer el arranque de campaña propiamente dicho, las giras y todas las actividades inherentes a un proceso electoral. Por lo tanto en cada momento de la campaña el estudio de opinión irá dirigido a mantener al candidato a su comando de campaña informados sobre el curso de la misma, los problemas que se presentan para la toma oportuna de decisiones.
En este mismo orden de ideas se pueden clasificar las encuestas de opinión pública electoral, de acuerdo con el momento de la campaña en encuestas preelectorales, encuestas de elección y encuestas postelectorales. Así, las encuestas preelectorales, de acuerdo al momento en que se realizan reciben el nombre de: Control, Arranque de Campaña, Durante la Campaña, Final de Campaña, Última del Proceso de Campaña, Gira del Candidato: antes, durante y después de la permanencia en cada lugar. En este artículo se trata de las encuestas preelectorales, tratando de explicar en forma rápida y sencilla cada tipo de encuestas preelectorales de acuerdo con el momento de su realización.



En este mismo orden de ideas, las encuestas preelectorales van a permitir la obtención de los datos estadísticos de cada elemento que integra la muestra de manera individual, lo que permitirá hacer los análisis e inferencia del comportamiento del universo electoral. Además, al realizarse el procesamiento y analizados producen la información que va alimentando al sistema de Información Político Electoral utilizado por los estrategas responsables de la campaña electoral en sus tomas de decisiones.
Cabe precisar que la intuición puede ayudar en la toma de decisiones en un momento específico muy puntual y que la experiencia sirve de gran ayuda para el diseño de estrategias de campaña, sin embargo, ni la intuición ni la experiencia de quienes dirigen las campañas electorales, son suficiente para un trabajo eficaz y exitoso en la conducción de tan delicada gestión (Seijas, 2003). La información que a través de las encuestas preelectorales se tenga y su utilización oportuna y racional, estará de manifiesto en la obtención del producto final.
Conscientes de esto, en Plepso recomendamos la realización de estas encuestas antes del inicio de la campaña, como punto de inicio que servirá de control de la evolución del la preferencia del elector durante la campaña. Durante la campaña, como diálogo entre el elector y el candidato y al final , para estimar y hacer las predicciones de lo que sucederá como resultado del proceso de votación
Clasificación de las Encuestas Preelectorales
De acuerdo con el momento de realización de la encuesta preelctoral, éstas se clasifican como Encuesta de Control, de Arranque de Campaña, Durante la Campaña, Final de Campaña, Última del Proceso de Campaña, Gira del Candidato; entes, durante y después de su permanencia en cada lugar.



a.      Encuesta de Control: Este tipo de estudios suele realizarse una vez seleccionado el candidato de la organización y antes del inicio de la campaña electoral, con el propósito de tener elemento de referencia que sirvan de comparación en la evolución del proceso y así detectar las fluctuaciones de las variables principales de control y ajustar su direccionalidad oportunamente.
b.      Encuesta de Arranque de Campaña: Esta encuesta se debe llevar a cabo una vez comenzada la campaña, es decir, cuando el candidato esté en las calles y se haya esbozado algunas promesas electorales e iniciado, de alguna manera, la propaganda y la promoción electoral. Lo que se persiguen en este momento es captar la receptividad del pueblo en general y en especial, al elector, acerca del candidato y sus promesas iniciales.
c.       Encuestas Durante la Campaña: Estas encuestas se realizan en un período de tiempo muy importante en la campa y la estrategia a seguir depende fundamentalmente de la duración de la misma, por lo tanto, el tiempo de duración va a condicionar la frecuencia e intensidad de la realización de encuestas durante la campaña. La información que ellas produce son las que permiten medir el pulso de la campaña, examinar su efectividad y realizar los correctivos que haya lugar, además permite incorporar para su estudio todos aquellos problemas y acontecimientos eventuales que se van produciendo en la sociedad.
d.      Encuesta Final de la Campaña: Esta encuesta se realiza una vez cerrada la campaña electoral y su finalidad es efectuar los ajustes de última hora e intensificar los esfuerzos en las áreas más críticas, así como poder sacarle el mejor rendimiento a los recursos humanos y principalmente los financieros disponibles. La canalización idónea de los esfuerzos publicitarios, propagandísticos y de promoción final, debe determinarse como consecuencia de los resultados de este último estudio.
e.       Última Encuesta en el Proceso de la Campaña: esta medición se efectúa a nivel de toda la dimensión geográfica a que esté sometido el proceso y su levantamiento debe abarcar los tres últimos días de la contienda electoral a fin de recoger el efecto del cierre de campaña. La información que este estudio produzca servirá para realizar las estimaciones finales del proceso y como insumo fundamental de la predicción de los resultados en las urnas electorales, es decir de los resultados finales de las elecciones.
f.        Encuestas para la Gira del Candidato: Estas investigaciones por encuestas de opinión deben ser realizadas, antes, durante y después de la permanencia del candidato en cada lugar y se preparan atendiendo el cronograma de giras del candidato. Antes para captar las necesidades más sentidas del la localidad a ser visitada y darle respuesta en el discurso central. Durante la visita para medir el nivel de “sintonía” de la localidad con el mensaje y el discurso del candidato, tanto en sintonía de medios, cobertura y trasmisión como en la identificación de la gente con el candidato y su poder de convocatoria. El día después de la despedida del candidato le toca el turno a la encuesta post gira que medirá la reacción captada y generada por el candidato. Todas la información que genera este proceso es de utilidad para la programación y realización de las próximas visitas a otras localidad establecidas en la gira, además de ir introduciendo ajuste que conduzcan al fin final de la campaña “Ganar las Elecciones”
Para el levantamiento de estudios de opinión pública y de seguimiento electoral no dude en contar a Plepso, C. A. Investigación por sus teléfonos 0243 237.54.06 y 0412 439.25.85, a sus sitio web http://www.plepso.com o al correo electrónico perez.leal.ps@gmail.com

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y DOCUMENTALES
Gatrif, Feres y Nicodemo, Pascuale (s/f) La Encuesta Electoral en Venezuela. [Artículo en línea] Disponible en: http://gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/COM198759-60_81-90.pdf [Consulta: 2014; julio 02]
Napolitan, Joseph (1986) 100 Cosas que he Aprendido en 30 Años de Trabajo como Asesor de Campañas Electorales Ponencia presentada en la 19 Conferencia anual de la Asociación Internacional de Asesores Políticos (1986) (Documento en línea) disponible en: http://www.iceta.org/100cosas.pdf (Consulta: 2014; julio 02)
Seijas, Félix (2003) Investigación Electoral; encuestas electorales. 2da Edición. Caracas. Ediciones del Rectorado - UCV

viernes, 10 de agosto de 2012

EL DEBATE NO SE GANA “EL DÍA DEL DEBATE”

Un debate electoral es un ejercicio donde los candidatos contraponen sus ideas respecto de los temas públicos. Sin embargo, éste no es indispensable para que el elector tome una posición, debido a que en las campañas competitivas, desde el inicio y hasta el final, los candidatos han presentado con claridad y contundencia sus razones predominantes de voto.

Los candidatos que emplean estrategias articuladas y exitosas de comunicación siempre estarán dispuestos a debatir, porque el debate les proporciona una ocasión de especial importancia para establecer y enfatizar sus propuestas. En este sentido, los debates se comienzan a ganar o a perder desde el inicio de la misma campaña. Hay candidatos que llegan a debatir en condiciones de ventaja porque sus temas ya son conocidos por el electorado.

Peña Nieto y la telegenia

Tal es el caso del debate del 6 de mayo próximo en México. El candidato del PRI-Partido Verde, Enrique Peña Nieto, llega con una ventaja de 20 puntos –48% de las preferencias electorales efectivas– tal y como inició su campaña hace cuatro semanas. Al utilizar como principal fortaleza su imagen física y la telegenia –capacidad de una persona para resultar atractiva y tener éxito ante su público–, el priista se presentará en una situación cómoda.

Ni la campaña de “contraste” que emprendió en su contra el Partido Acción Nacional pudo –si acaso 3 puntos– reducir la intención de voto para el abanderado tricolor. Los spots que atacaron su principal oferta de “cumplir lo que ofrece” no han podido disminuir las preferencias. Tampoco lo hará un debate que tiene como características principales “la rigidez” y un formato limitado en un medio como la televisión, que requiere de ritmo y producción.

¿Quién gana y quién pierde? Desde una perspectiva simple, quien tiene mayor riesgo de perder es Enrique Peña Nieto, pero al mismo tiempo tiene mayor oportunidad de fortalecer su posicionamiento de candidato ganador. Gabriel Quadri no pierde nada y gana todo: por lo menos el registro de su partido, tal y como lo hizo Patricia Mercado en 2006.

Tanto Josefina Vázquez Mota, que se ubica con el 27.8% de las preferencias, como Andrés Manuel López Obrador con el 22.6% –de acuerdo con Consulta Mitofsky– necesitan de una oportunidad para acercarse al candidato puntero. Pero si lo hacen con ataques, lo único que lograrán será fortalecerlo. ¿Quién provocará al favorito en las encuestas? ¿Andrés Manuel López Obrador que pugna por la reconciliación? ¿o Josefina Vázquez Mota? quien en su condición de mujer está limitada de esta posibilidad?

Mexicanos sin interés en el debate

Y si a ello agregamos que el 55% de los mexicanos han expresado, de acuerdo con la encuestadora Parametría, que están “poco o nada” interesados en el debate y sólo 14% está “muy interesado”, los indicadores que miden la preferencia electoral no se moverán después del 6 de mayo.

Lo cierto es que los candidatos ubicados en tercero y cuarto lugar –Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador–, no entendieron que los debates no se ganan “el día del debate”. Se empiezan a ganar desde el primer día de campaña, cuando tienen la posibilidad de plantear un debate cotidiano, cuando la coyuntura permite retar al candidato puntero, como lo hizo Vicente Fox en la elección del 2000 con el “Hoy, hoy…”

Pero sobre todo, los debates se ganan en el post-debate. En la capacidad que tendrán sus operadores de medios para generar la percepción de que sus propuestas, exposición y presencia en la televisión fue mejor que la de sus competidores. Entonces, los debates tienen tres tiempos: el pre-debate, el día del debate y el post-debate. Pero además resumiría que en un solo tiempo: el debate del día a día con los electores.

Fuente: 

Recuerde; Apoyamos las Operaciones de Campo para el levantamiento de encuestas políticas y de opinión pública toda Venezuela
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Lic. José Pérez Leal

martes, 18 de octubre de 2011

EL MENSAJE DE LA CAMPAÑA Y LAS TELENOVELAS

EL SEÑOR PRESIDENTE NO ES UNA MUJER DESNUDA NADANDO BAJO EL AGUA

Uruguay, año 1994. Es de noche, justo en el momento más alto del rating televisivo. Comienza la música. Desde los primeros acordes el espectador la reconoce. Es la música característica de su telenovela preferida y se extiende generosamente en la apertura de la misma para luego repetirse en el cierre. La música y la letra repiquetean fácilmente en el cerebro del televidente. Algunos la tararean casi sin darse cuenta mientras ven distraídamente las imágenes de la presentación de la telenovela.

Uruguay, año 1994. La misma noche, pero 15 minutos después. Comienza la publicidad. El país está en campaña presidencial y arrecia la publicidad política. De pronto suenan los mismos acordes de presentación y cierre de la telenovela. Es la misma música, aunque con un texto distinto. Es la publicidad electoral de un candidato a la Presidencia.


Breve apunte sobre el funcionamiento psíquico

La vida psíquica del ser humano está compuesta por diversos elementos: recuerdos, fantasías, ideas, imágenes visuales, representaciones auditivas...La estructura es compleja porque cada elemento específico se asocia con otros elementos formando cadenas asociativas.

La asociación de un elemento psíquico con otro no es el resultado de una operación racional ni de una clasificación bien pensada y plenamente conciente. En realidad lo que liga a un elemento con otro es el resultado de los procesos inconcientes de semejanza y contiguidad.

O sea que forman una misma cadena asociativa los elementos psíquicos que son inconcientemente percibidos por el cerebro como parecidos o que simplemente son percibidos uno al lado del otro o uno después del otro.

Un elemento se parece a otro aunque sea en un detalle lateral...y el cerebro hace un click y los asocia. Un elemento aparece a continuación del otro...y el cerebro también hace un click y los asocia.

Las cadenas asociativas mentales forman redes, y cada elemento psíquico puede formar parte de varias cadenas y también de varias redes mentales.

A ésto debemos agregarle un aspecto clave: los afectos. Porque los elementos psíquicos también pueden provocar respuestas afectivas. Entonces el cerebro no solo asocia sino que además siente, le da una tonalidad afectiva a sus elementos. Puede ser deseo, curiosidad, temor, verguenza, asco, rabia, placer, excitación, desprecio, alegría o lo que sea en cada caso. Pero siente. Y el afecto que siente se desplaza y puede pasar de un elemento al otro e ir recorriendo las cadenas y las redes.

La telenovela del señor Presidente

¿Qué logra la aludida campaña presidencial uruguaya de 1994 al utilizar la misma música que la telenovela más vista de aquel momento?

Logra notoriedad, por supuesto. Y alta recordación, claro. Y hasta el tarareo involuntario de su melodía, logrando que suene en bocas y cerebros tanto de simpatizantes como de adversarios y también de indiferentes.

Pero además logra otra cosa, más inconciente y más profundamente arraigada en el cerebro del votante: se cuela entre sus cadenas asociativas. Se mete dentro mismo de las redes mentales del votante. Y el nombre del candidato a Presidente se "contamina" de otros contenidos psíquicos y de otros afectos, los vinculados a la telenovela en cuya red mental se inocula.

Cuando el votante escucha la música del candidato, su cerebro asocia de inmediato con la telenovela y todo lo que ella dispara en su mente. Y cuando escucha la música de la telenovela su cerebro la asocia de inmediato con el candidato. Es así que el político y la obra televisiva quedan integrados en una misma red psíquica. En el cerebro del votante queda una huella, una conexión, un patrón que une fenómenos diversos.

Una mujer desnuda nadando en la campaña electoral

La telenovela a la que me refiero es la brasileña "Mujeres de arena".

Su música de presentación y cierre es el tema "Sexy Iemanjá", de Pepeu Gomes. En sintonía con lo sexy de su título, toda la canción es una alusión constante a la seducción y a lo sexual. "Entre nós só sexo e Deus", dice de modo inequívoco en su momento culminante.

Y mientras suena la música, la imagen que domina la presentación de "Mujeres de arena" es la de una mujer desnuda nadando bajo el agua.

El candidato presidencial queda entonces asociado a una red mental altamente erotizada y sexualizada. Una red cuyos contenidos varían en función de cada individuo pero que seguramente es rica en recuerdos, fantasías y afectos ligados a la sexualidad. Más específicamente: a una sexualidad trabajada desde lo sensual, lo cálido, lo seductor, lo íntimo.

No es una red de asociaciones vinculadas al sexo duro ni a la pornografía ni a la violencia ni a lo grotesco ni a lo gratuitamente sobreexpuesto, sino más bien al sexo integrado a la calidez del vínculo humano y a sus connotaciones afectivas.

El votante no piensa en la mujer desnuda ni en las alusiones sexuales mientras ve y escucha la publicidad electoral de ese candidato. Eso sería una burda caricatura. Lo que le ocurre es que siente. ¿Qué siente? Calidez, afecto, proximidad, intimidad con el candidato.

Eso que siente tal vez no determina por sí solo su voto, claro está. Pero ayuda. Fortalece simpatías. Neutraliza antipatías. Y comienza a mover a los indiferentes.

El señor Presidente

Uruguay, año 1994. Julio María Sanguinetti, del Partido Colorado, es electo Presidente de la República. Su triunfo es especial porque lo convierte en el único uruguayo en toda la historia que ha ganado 2 elecciones presidenciales directas (ya había triunfado 10 años antes).

El logro es importante, también, porque derrota al entonces gobernante Partido Nacional que contaba con favorables indicadores económicos para exhibir.

La noche de la victoria sonó más que nunca aquella música pegadiza que la campaña de Sanguinetti había elegido como su santo y seña. La música de la canción "Sexy Iemanjá", de Pepeu Gomes. Casualmente la misma que abría y cerraba "Mujeres de arena", la telenovela más vista por los uruguayos.

Ya sabes: una música cálida, próxima, alegre, casi íntima, placentera, sexy, seductora, vital, pegada al cuerpo, sensual...
 
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sábado, 15 de octubre de 2011

EL VOTANTE IRRACIONAL

El Votante Irracional

Los resultados de las elecciones provocan un fenómeno singular: una parte de los votantes sencillamente no puede explicarse las razones que llevan a muchos otros a elegir a tal o cual candidato que está en las antípodas de sus preferencias. "Pero ¡¿cómo puede ser que tanta gente haya votado por X y no por Z?!", exclaman, estupefactos.
Seguramente, lo que nos saca de quicio es que creemos que cuando estamos en el cuarto oscuro tomamos una decisión racional, pero, tal como explicó Facundo Manes en su último programa sobre "Los misterios del cerebro" (sábados a las 21, por C5N), y sugieren cada vez más estudios neurocientíficos -y campañas publicitarias plagadas de golpes bajos dirigidos a nuestros más íntimos resortes emocionales-, la decisión del votante es peligrosamente parecida a una conducta irracional o inconsciente: se basa en datos como la cara o la apariencia del candidato, siente una gran resistencia al cambio (aunque se le presenten argumentos convincentes), realiza inferencias similares a las que utilizan los chicos, y en algunos casos hasta ¡valora la ignorancia como una virtud! ("Es como yo...")
Manes explicó, por ejemplo, que uno de los trabajos que detectaron pistas sobre esta sorprendente realidad es el que descubrió que en los Estados Unidos, aunque la mayoría dice coincidir "intelectualmente" con los demócratas, fueron los republicanos los que ganaron mayor cantidad de elecciones.
Durante el programa, el científico búlgaro Alexander Todorov, del Laboratorio de Cognición Social y Neurociencias de la Universidad de Princeton, subrayó que el cerebro necesita apenas unos milisegundos para extraer una constelación de datos importantes de una cara y que esa primera impresión deja una huella perdurable que influye en nuestras decisiones. También explicó que se pueden percibir las ideas de un candidato en forma inconsciente.
Un estudio publicado en Science en 2009, firmado por John Antoniakis y Olaf Dalgas, de la Universidad de Lausanne, en Suiza, mostró no sólo que chicos de entre cinco y 13 años podían predecir qué candidatos tenían más posibilidades de ganar una elección mirando fotos de sus caras, sino también que coincidían con sujetos adultos. Este hallazgo sugeriría que los juicios que nos formamos acerca de una persona a partir de sus expresiones se desarrollan muy temprano en la vida y se mantienen sorprendentemente estables hasta la adultez. (Al parecer, los rostros enojados resultan poco confiables...)
Pero seguro que los trabajos que acaba de dar a conocer la revista New Scientist son los que arrojan la conclusión más inesperada: indican que ser [un poco] ignorantes puede resultar una ventaja y hasta hacernos más felices... y más exitosos. Este efecto se verificaría en actividades como el comercio (cuando el vendedor no advierte el valor real -y las fallas- de los productos) o la educación (porque permite mayor empatía con el alumno). "[A veces] una mente erudita es una maldición", escribe Richard Fisher.
A la luz de estos estudios, ya no sería políticamente incorrecto ese chiste en el que una persona grita: "Gobernador, gobernador, toda la gente que piensa lo apoya", y éste contesta: "No es suficiente, necesitamos a la mayoría".

http://diario7-archivos.blogspot.com/2011/08/el-votante-irracional.html

 
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martes, 4 de octubre de 2011

LA LLAVE MAESTRA DE LAS ALIANZAS POLÍTICAS

La Llave Maestra de las Alianzas

Hay un viejo proverbio africano que dice lo siguiente: 'Si quieres ir rápido, debes ir solo.
Pero si quieres ir lejos, entonces debes ir junto con otros'.

En política no se trata de velocidad, a pesar de lo que muchos creen. Se trata de ir lejos.

Algunos optan por ir rápido.
Van en solitario. Ellos y solo ellos. Ellos y su pequeño núcleo.
Ellos y los incondicionales, los que piensan igual que él. Ellos y sus pares, sus iguales, sus espejos.
Se hacen conocer rápido.
Actúan a toda velocidad.
Toman decisiones como un rayo.

Es más fácil. Es simple. Casi no hay con quien consultar. No hay esfuerzo para decidir. Todo es más práctico. Hay menos stress.
Menos problemas.

Pero así no se llega lejos.
Nunca.

Para ir lejos es necesario ir con otros.
Esto no quiere decir rodearse bien, que también hay que hacerlo pero que no es lo mismo. Ir con otros significa aliarse con otros.
Aliarse con otros.
Eso.

Un aliado es alguien cuyo pensamiento tiene puntos de contacto con el tuyo aunque no coincide en el 100 %. Por lo tanto piensa diferente. Actúa diferente. Es diferente.

Por eso construir una alianza es trabajoso, es lento, es complicado.
Requiere paciencia, aceptación del otro como otro, como diferente.
El otro como distinto, no como igual.
Requiere tiempo, trabajo, esfuerzo.
Un esfuerzo que jamás culmina porque siempre hay algo nuevo que rearmar, que reconstruir.

Construir una alianza es tejer y tejer, todos los días.
Todos.

¿Qué es más costoso? Sí.
¿Que hay cosas de tu aliado que no te gustan? También.
¿Que si los aliados son varios los problemas se multiplican? Claro que sí.

Pero es la única manera de llegar lejos, de llegar a tus metas.
El camino fácil, solitario y veloz, conduce a la nada. Como un fósforo que se enciende, brilla de modo rutilante y luego se apaga y queda solo en humo. Puro humo.

De la política de alianzas depende gran parte de los resultados electorales. De la capacidad de hacer acuerdos y alianzas depende el destino político de candidatos y partidos.

Más vale que aprendas a manejar bien la llave maestra de las alianzas.

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Fuente: Daniel Eskibel: www.psicociudad.com
 
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miércoles, 21 de septiembre de 2011

LOS CANDIDATOS TIENEN QUE COMUNICARSE

Los candidatos tienen que comunicarse en diferentes niveles: interpersonal en sus presentaciones personales en reuniones y mítines; masivo en sus presentaciones por los medios de comunicación de masas, como la radio; intermedio, si se utiliza el teléfono, por ejemplo, para hacer campaña directa; y organizacional, para manejar al equipo de campaña.

Asimismo, tienen que entablar comunicación efectiva con públicos traslapados y heterogéneos, principalmente con:

l. Sus asesores, técnicos y profesionales para tomar decisiones informadas acerca del desarrollo de la campaña.
2. Sus partidarios y colaboradores cercanos, a los que hay que coordinar y motivar en el desempeño de las tareas que tengan encomendadas dentro de la campaña.
3. Los dirigentes del partido para decidir y coordinar acciones de campaña.
4. Autoridades gubernamentales y electorales para cubrir los aspectos legales del desarrollo de la campaña y de la elección.
5. Personalidades relevantes por su capacidad para avalar su candidatura y personal voluntario necesario para la campaña.
6. Contribuyentes potenciales para que aporten recursos a la campaña.
7. Dirigentes y miembros de grupos organizados cuyo apoyo resulta de interés para el éxito de la campaña.
8. Segmentos del electorado identificados como blanco para los diversos actos de campaña.
9. Periodistas importantes que contribuyen a establecer el ambiente dentro del cual se desenvuelve la campaña.
10. Electores y público en general.
11. Proveedores de bienes y servicios necesarios para la buena marcha de la campaña.

Dentro de estas tareas de comunicación destacan tres de particular relevancia: la interacción con los medios masivos; la actividad constante del candidato para allegarse el trabajo de voluntarios y los fondos necesarios para la buena marcha de su campaña; desde luego, la labor de persuasión de electores, fin último de la campaña.

En el primer caso, la tarea es generar cobertura noticiosa de los medios masivos, sin cuyo auxilio no podría alcanzarse a grandes electorados, ya que la mayoría de los electores acuden a estos medios de comunicación para obtener información sobre las actividades políticas, entre ellas, la campaña; además, en las campañas mayores, los medios no sólo son la principal intermediación entre los candidatos y los electores, sino también entre el candidato y su equipo.

Asimismo, en todas las campañas la cobertura favorable de los medios es indicador de que se va por el camino adecuado y constituye motivo de satisfacción para quienes realizan aportaciones o colaboran en la campaña.  La relación de los candidatos con los representantes de los medios es vital y llega a ser simbiótica: ellos necesitan la visibilidad que sólo los medios pueden darles, y éstos requieren de la información que sólo el acceso a los candidatos puede procurarles.

Por otra parte, los candidatos son los principales recolectores de fondos, ya que existen muy pocos donadores que no deseen ser convencidos y recibir personalmente el agradecimiento del candidato al que hacen aportaciones, plantearle directamente los problemas y soluciones que les importan, o sólo participar con ellos de la imagen pública de la campaña. 

En las campañas financiadas con aportaciones privadas en gran proporción, los candidatos llegan a dedicar la mitad de su tiempo de campaña a la colecta de fondos.

La capacidad para pedir y recolectar fondos es con frecuencia considerada la expresión más concreta del éxito de una campaña, pues si un candidato puede hacer que los electores le den dinero, su voto está asegurado porque no dejará que esta inversión se pierda. Por eso, en campañas con importante proporción de financiamiento privado, parece existir una correlación importante entre la colecta de fondos y la votación alcanzada.  En todo caso, el fracaso de la colecta de dinero es un serio obstáculo para cualquier campaña, pues constituye una limitación insuperable para su desarrollo adecuado.

Finalmente, de manera especial, los candidatos deben dedicar la mayor parte del tiempo de la campaña a realizar una tarea de persuasión intensa en grupos de electores diferentes, principalmente:

1. Con los que ya lo apoyan, para reforzar su compromiso de votar a su favor.
2. Con quienes están de acuerdo con la candidatura, pero no lo conocen; les da a conocer su nombre y su mensaje.
3. Con los indecisos.
4. Con los independientes.
5. Con los abstencionistas, para que voten a su favor, por lo menos en la presente elección.
6. Con los ciudadanos no registrados que le manifiesten su apoyo, para que se registren y voten.
7. Con los partidarios de la oposición que están a disgusto con las propuestas o los candidatos de su propio partido, para que cambien su voto aunque sólo sea durante la elección en curso.

Debido a la magnitud del electorado y de los grupos de electores considerados blanco, así como a la brevedad del periodo de campaña, es frecuente que los candidatos sólo puedan participar en algunas actividades de la misma.  Es por eso que entre las decisiones más importantes de toda campaña están las que se refieren a en qué y cómo se utilizará el tiempo siempre limitado del candidato.

En la mayoría de los casos, un candidato es el medio más efectivo para contactar votantes, contribuyentes y voluntarios; también su presencia es indispensable en los medios masivos y en la producción de propaganda; sin embargo, siempre tendrá que delegar, inclusive sus propias presentaciones.  Para ampliar la presencia del candidato, las campañas hacen uso de sucedáneos como la esposa u otro familiar, de personalidades que avalan su candidatura o de representantes distinguidos que tratan de conservar la idea de acercamiento personal entre candidato y electores.

Fuentes:
Instituto Nacional de Estudios Políticos (2006) La Campaña. (Documento en línea) disponible en: http://manual.inep.org/I/I-I.html (Consulta; 2011 septiembre 21)
Sánchez, J. (2011) Había una vez un Candidatos. (documento en línea) disponible en: http://sanchezgalicia.blogspot.com/2011/08/habia-una-vez-un-candidato.html#comment-form (Consulta; 2011, septiembre 21)


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EL PAPEL DEL CANDIDATO EN LA CAMPAÑA

EL PAPEL DEL CANDIDATO EN LA CAMPAÑA

Un candidato es alguien propuesto para ocupar, vía elección, un puesto público y que, para aspirar a éste, no está descalificado por no satisfacer una o más de las condiciones necesarias de status personal o de procedimiento.

En este sentido, los candidatos son la razón de ser de las campañas y su principal canal de comunicación; básicamente, en ellos radican todas las potencialidades y todas las limitaciones de las campañas. Por eso se atribuye a Goebbels la frase: "Mi mejor arma se llama Hitler".

Por consiguiente, en las campañas pequeñas y sencillas, los candidatos son su propio y único canal de comunicación; en las mayores, los canales tienen que ampliarse y diversificarse hasta constituir una organización compleja aunque temporal.  Sin embargo, todas las campañas se construyen a la medida de sus candidatos.

Es decir, como principal canal de comunicación de la campaña, el candidato, de manera planeada o espontánea, intencional o involuntaria, es la fuente principal y permanente de mensajes, imágenes y señales expresados en diversos lenguajes: oral, visual, corporal, icónico, etcétera.; aunque puedan establecerse filtros para hacer una exposición selectiva de los aspectos positivos y soslayar los negativos.

En este orden de ideas, cada sociedad comparte creencias acerca de las cualidades personales que los candidatos deben poseer y que se manifiestan en las preferencias electorales. Por ejemplo, respecto al liderazgo: competencia, experiencia, confianza, control, prudencia, decisión y valor. Con relación a la personalidad: fortaleza, honestidad, imparcialidad, mente abierta, confiabilidad, energía y cierto atractivo físico. 

Por lo tanto, estas cualidades sirven de patrón de comparación para juzgar la aceptabilidad de los candidatos concretos; sin embargo, estos atributos no son los mismos para todos los cargos ni para toda elección; varían conforme el contexto en que tenga lugar el proceso electoral, como la guerra o la depresión.  Asimismo, las imágenes que los electores tienen de los partidos afectan para bien o para mal la percepción que los electores tienen de sus candidatos y sus propuestas

Por eso, la tarea fundamental del candidato es presentarse, en ese momento, como la persona idónea para ocupar el puesto en disputa mediante mensajes, imágenes y señales que expresen un conjunto de características atractivas para el grupo de electores más amplio posible, sin incurrir, al mismo tiempo, en contradicciones o limitaciones tales que los desmientan o los pongan en duda.

Se trata de personificar en el candidato un gobierno impersonal y de simbolizar los deseos y miedos, las aspiraciones y frustraciones de los electores, pues en política mucha gente tiende a pensar en términos de personas concretas y a creer que el estilo personal de un candidato es indicativo de su comportamiento en el puesto al que aspira.

Simultáneamente, el candidato debe esforzarse por aumentar su visibilidad y mantener su actuación dentro de los lineamientos de la campaña a efecto de asegurar su eficacia.

En consecuencia, las campañas se diseñaban fundamentalmente con criterios geográficos y simbólicos; no era excepcional la visita de los candidatos a poblados relevantes por su pasado histórico o muy apartados porque, aunque fuera mínimo su rendimiento electoral, expresaban el ejemplo a seguir o el propósito de atender a los más marginados.

Así, las estrategias implícitas eran la comunicación interpersonal de mensajes patrióticos abstractos, de redención, de unidad y de bienestar popular, con los cuales difícilmente se podría estar en desacuerdo. 

Desde esta perspectiva, se percibía al electorado diferenciado en campesinos, obreros y clases medias-, asimismo se daba cierta consideración especial a la juventud y a la mujer.

La gente acudía a los candidatos con la esperanza de resolver problemas particulares y recibía con entusiasmo sus ofrecimientos. Ocasionalmente los cuestionaba, pero sólo para cerciorarse de "que ahora sí" las promesas se cumplirían.  El tono festivo y optimista de los actos de campaña daba gran atractivo a la presencia de los candidatos, pues la gente recibía promesas, diversión y propaganda utilitaria, además de que podía participar en espectáculos musicales, rifas, ferias, verbenas y hasta carreras parejeras, según la región, los recursos disponibles y la imaginación de los organizadores.

Sin embargo, con la globalización, en la medida en que el contexto internacional y el país cambiaron por la crisis económica, el surgimiento del “neoliberalismo”, la terminación de la "guerra fría”, la “ola democratizadora mundial" y la implantación de políticas de ajuste económico, de privatización y de hegemonía del mercado, cambiaron también las condiciones que aseguraban de antemano el triunfo del partido dominante.  Como resultado, el partido en el poder empezó a ver menguada su votación y a incrementarse la fuerza de los partidos de oposición que, por primera vez, ganaron gubernaturas.  Así, a lo largo de su historia el partido en el poder pasó de cuasi único a hegemónico, de hegemónico a dominante y, en los últimos años, de dominante a mayoritario.

Hoy, en una sociedad urbana más diferenciada, educada e informada, sujeta a una politización forzada por los acontecimientos de los últimos años, las campañas han adquirido particular importancia frente a un electorado "volátil", que hace más contingente el resultado de las elecciones. 

En consecuencia, la reciente reforma de la legislación electoral del país, que parece propiciar más objetividad y equidad en las contiendas electorales, ha hecho que los márgenes de las victorias sean más reducidos y que la diferencia entre el triunfo y la derrota electoral sean los buenos candidatos, las buenas plataformas políticas y las buenas campañas, más que la militancia, la fidelidad y la simpatía por los partidos políticos.

Es por ellos que, para apoyar esta tarea, las campañas se esfuerzan por determinar cuáles atributos consideran los votantes ideales para el puesto buscado; por tratar de demostrar que su candidato posee estas cualidades, así como por lograr la más amplia y frecuente exposición pública del candidato, bajo el supuesto de que entre más gente preste atención a su mensaje, mayores serán sus oportunidades de ganar. Excepto si las bajas cualidades y habilidades del candidato hacen contraproducente esta exposición y conviene restringir sus apariciones personales y usar canales distintos.

Esta exposición no es lograda fácilmente; cada llamado de un candidato compite por la atención del elector con los mensajes de sus opositores y con los anuncios publicitarios y de toda índole que saturan el ambiente en que se desarrollan las campañas. Se estiman en miles los estímulos que diariamente recibe un adulto urbano en las sociedades industriales.

Aunque los electores poseen ideas preconcebidas acerca de cuáles deben ser las características y conductas personales de los candidatos, pocos de éstos poseen cualidades políticas, administrativas, sociales y morales que igualen las expectativas ideales de los electores. 

Por lo tanto, a falta de un candidato parecido o cercano al ideal, los electores se conforman con algunas características que lo aproximan a este ideal, las cuales integran dentro de una concepción nueva o reforzada; o bien, pueden percibir a un candidato como el menor de los males durante una campaña.  Así, las presentaciones que las campañas hacen de sus candidatos se conjugan y acomodar, con las evaluaciones que se formulan los electores para sí mismos acerca de las acciones de estos candidatos.

De ahí que los resultados electorales dependan de la calidad de los candidatos en pugna y de las diferencias patentes entre los mismos; si todos son anodinos o hay sólo uno destacado, disminuye el interés en las campañas y en la elección, de modo que algunos candidatos llegan a ganar no por sus virtudes o campañas, sino simplemente porque carecieron de opositores reales.

Así como se requiere de dos buenos boxeadores para una buena pelea, en las campañas es necesaria una condición similar.

Otra tarea fundamental de los candidatos es mantener o lograr la unidad de sus partidos.  Si la lucha por la candidatura provocó escisiones entre los militantes, la unidad debe ser restaurada; si las divisiones han existido, la unidad debe ser conseguida antes de la elección.  En ambos casos la unidad partidista debe ser un objetivo de la propia campaña.  Toda elección se gana a partir de una base de apoyo constituida por amigos, compañeros y conocidos en las campañas pequeñas, y por partidarios en las grandes.  Un partido dividido espera demasiado de una campaña para obtener la victoria y abre muchas puertas a la derrota.

Fuentes:
Instituto Nacional de Estudios Políticos (2006) La Campaña. (Documento en línea) disponible en: http://manual.inep.org/I/I-I.html (Consulta; 2011 septiembre 21)
Sánchez, J. (2011) Había una vez un Candidatos. (documento en línea) disponible en: http://sanchezgalicia.blogspot.com/2011/08/habia-una-vez-un-candidato.html#comment-form (Consulta; 2011, septiembre 21)