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martes, 18 de octubre de 2011

EL MENSAJE DE LA CAMPAÑA Y LAS TELENOVELAS

EL SEÑOR PRESIDENTE NO ES UNA MUJER DESNUDA NADANDO BAJO EL AGUA

Uruguay, año 1994. Es de noche, justo en el momento más alto del rating televisivo. Comienza la música. Desde los primeros acordes el espectador la reconoce. Es la música característica de su telenovela preferida y se extiende generosamente en la apertura de la misma para luego repetirse en el cierre. La música y la letra repiquetean fácilmente en el cerebro del televidente. Algunos la tararean casi sin darse cuenta mientras ven distraídamente las imágenes de la presentación de la telenovela.

Uruguay, año 1994. La misma noche, pero 15 minutos después. Comienza la publicidad. El país está en campaña presidencial y arrecia la publicidad política. De pronto suenan los mismos acordes de presentación y cierre de la telenovela. Es la misma música, aunque con un texto distinto. Es la publicidad electoral de un candidato a la Presidencia.


Breve apunte sobre el funcionamiento psíquico

La vida psíquica del ser humano está compuesta por diversos elementos: recuerdos, fantasías, ideas, imágenes visuales, representaciones auditivas...La estructura es compleja porque cada elemento específico se asocia con otros elementos formando cadenas asociativas.

La asociación de un elemento psíquico con otro no es el resultado de una operación racional ni de una clasificación bien pensada y plenamente conciente. En realidad lo que liga a un elemento con otro es el resultado de los procesos inconcientes de semejanza y contiguidad.

O sea que forman una misma cadena asociativa los elementos psíquicos que son inconcientemente percibidos por el cerebro como parecidos o que simplemente son percibidos uno al lado del otro o uno después del otro.

Un elemento se parece a otro aunque sea en un detalle lateral...y el cerebro hace un click y los asocia. Un elemento aparece a continuación del otro...y el cerebro también hace un click y los asocia.

Las cadenas asociativas mentales forman redes, y cada elemento psíquico puede formar parte de varias cadenas y también de varias redes mentales.

A ésto debemos agregarle un aspecto clave: los afectos. Porque los elementos psíquicos también pueden provocar respuestas afectivas. Entonces el cerebro no solo asocia sino que además siente, le da una tonalidad afectiva a sus elementos. Puede ser deseo, curiosidad, temor, verguenza, asco, rabia, placer, excitación, desprecio, alegría o lo que sea en cada caso. Pero siente. Y el afecto que siente se desplaza y puede pasar de un elemento al otro e ir recorriendo las cadenas y las redes.

La telenovela del señor Presidente

¿Qué logra la aludida campaña presidencial uruguaya de 1994 al utilizar la misma música que la telenovela más vista de aquel momento?

Logra notoriedad, por supuesto. Y alta recordación, claro. Y hasta el tarareo involuntario de su melodía, logrando que suene en bocas y cerebros tanto de simpatizantes como de adversarios y también de indiferentes.

Pero además logra otra cosa, más inconciente y más profundamente arraigada en el cerebro del votante: se cuela entre sus cadenas asociativas. Se mete dentro mismo de las redes mentales del votante. Y el nombre del candidato a Presidente se "contamina" de otros contenidos psíquicos y de otros afectos, los vinculados a la telenovela en cuya red mental se inocula.

Cuando el votante escucha la música del candidato, su cerebro asocia de inmediato con la telenovela y todo lo que ella dispara en su mente. Y cuando escucha la música de la telenovela su cerebro la asocia de inmediato con el candidato. Es así que el político y la obra televisiva quedan integrados en una misma red psíquica. En el cerebro del votante queda una huella, una conexión, un patrón que une fenómenos diversos.

Una mujer desnuda nadando en la campaña electoral

La telenovela a la que me refiero es la brasileña "Mujeres de arena".

Su música de presentación y cierre es el tema "Sexy Iemanjá", de Pepeu Gomes. En sintonía con lo sexy de su título, toda la canción es una alusión constante a la seducción y a lo sexual. "Entre nós só sexo e Deus", dice de modo inequívoco en su momento culminante.

Y mientras suena la música, la imagen que domina la presentación de "Mujeres de arena" es la de una mujer desnuda nadando bajo el agua.

El candidato presidencial queda entonces asociado a una red mental altamente erotizada y sexualizada. Una red cuyos contenidos varían en función de cada individuo pero que seguramente es rica en recuerdos, fantasías y afectos ligados a la sexualidad. Más específicamente: a una sexualidad trabajada desde lo sensual, lo cálido, lo seductor, lo íntimo.

No es una red de asociaciones vinculadas al sexo duro ni a la pornografía ni a la violencia ni a lo grotesco ni a lo gratuitamente sobreexpuesto, sino más bien al sexo integrado a la calidez del vínculo humano y a sus connotaciones afectivas.

El votante no piensa en la mujer desnuda ni en las alusiones sexuales mientras ve y escucha la publicidad electoral de ese candidato. Eso sería una burda caricatura. Lo que le ocurre es que siente. ¿Qué siente? Calidez, afecto, proximidad, intimidad con el candidato.

Eso que siente tal vez no determina por sí solo su voto, claro está. Pero ayuda. Fortalece simpatías. Neutraliza antipatías. Y comienza a mover a los indiferentes.

El señor Presidente

Uruguay, año 1994. Julio María Sanguinetti, del Partido Colorado, es electo Presidente de la República. Su triunfo es especial porque lo convierte en el único uruguayo en toda la historia que ha ganado 2 elecciones presidenciales directas (ya había triunfado 10 años antes).

El logro es importante, también, porque derrota al entonces gobernante Partido Nacional que contaba con favorables indicadores económicos para exhibir.

La noche de la victoria sonó más que nunca aquella música pegadiza que la campaña de Sanguinetti había elegido como su santo y seña. La música de la canción "Sexy Iemanjá", de Pepeu Gomes. Casualmente la misma que abría y cerraba "Mujeres de arena", la telenovela más vista por los uruguayos.

Ya sabes: una música cálida, próxima, alegre, casi íntima, placentera, sexy, seductora, vital, pegada al cuerpo, sensual...
 
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sábado, 15 de octubre de 2011

EL VOTANTE IRRACIONAL

El Votante Irracional

Los resultados de las elecciones provocan un fenómeno singular: una parte de los votantes sencillamente no puede explicarse las razones que llevan a muchos otros a elegir a tal o cual candidato que está en las antípodas de sus preferencias. "Pero ¡¿cómo puede ser que tanta gente haya votado por X y no por Z?!", exclaman, estupefactos.
Seguramente, lo que nos saca de quicio es que creemos que cuando estamos en el cuarto oscuro tomamos una decisión racional, pero, tal como explicó Facundo Manes en su último programa sobre "Los misterios del cerebro" (sábados a las 21, por C5N), y sugieren cada vez más estudios neurocientíficos -y campañas publicitarias plagadas de golpes bajos dirigidos a nuestros más íntimos resortes emocionales-, la decisión del votante es peligrosamente parecida a una conducta irracional o inconsciente: se basa en datos como la cara o la apariencia del candidato, siente una gran resistencia al cambio (aunque se le presenten argumentos convincentes), realiza inferencias similares a las que utilizan los chicos, y en algunos casos hasta ¡valora la ignorancia como una virtud! ("Es como yo...")
Manes explicó, por ejemplo, que uno de los trabajos que detectaron pistas sobre esta sorprendente realidad es el que descubrió que en los Estados Unidos, aunque la mayoría dice coincidir "intelectualmente" con los demócratas, fueron los republicanos los que ganaron mayor cantidad de elecciones.
Durante el programa, el científico búlgaro Alexander Todorov, del Laboratorio de Cognición Social y Neurociencias de la Universidad de Princeton, subrayó que el cerebro necesita apenas unos milisegundos para extraer una constelación de datos importantes de una cara y que esa primera impresión deja una huella perdurable que influye en nuestras decisiones. También explicó que se pueden percibir las ideas de un candidato en forma inconsciente.
Un estudio publicado en Science en 2009, firmado por John Antoniakis y Olaf Dalgas, de la Universidad de Lausanne, en Suiza, mostró no sólo que chicos de entre cinco y 13 años podían predecir qué candidatos tenían más posibilidades de ganar una elección mirando fotos de sus caras, sino también que coincidían con sujetos adultos. Este hallazgo sugeriría que los juicios que nos formamos acerca de una persona a partir de sus expresiones se desarrollan muy temprano en la vida y se mantienen sorprendentemente estables hasta la adultez. (Al parecer, los rostros enojados resultan poco confiables...)
Pero seguro que los trabajos que acaba de dar a conocer la revista New Scientist son los que arrojan la conclusión más inesperada: indican que ser [un poco] ignorantes puede resultar una ventaja y hasta hacernos más felices... y más exitosos. Este efecto se verificaría en actividades como el comercio (cuando el vendedor no advierte el valor real -y las fallas- de los productos) o la educación (porque permite mayor empatía con el alumno). "[A veces] una mente erudita es una maldición", escribe Richard Fisher.
A la luz de estos estudios, ya no sería políticamente incorrecto ese chiste en el que una persona grita: "Gobernador, gobernador, toda la gente que piensa lo apoya", y éste contesta: "No es suficiente, necesitamos a la mayoría".

http://diario7-archivos.blogspot.com/2011/08/el-votante-irracional.html

 
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martes, 4 de octubre de 2011

LA LLAVE MAESTRA DE LAS ALIANZAS POLÍTICAS

La Llave Maestra de las Alianzas

Hay un viejo proverbio africano que dice lo siguiente: 'Si quieres ir rápido, debes ir solo.
Pero si quieres ir lejos, entonces debes ir junto con otros'.

En política no se trata de velocidad, a pesar de lo que muchos creen. Se trata de ir lejos.

Algunos optan por ir rápido.
Van en solitario. Ellos y solo ellos. Ellos y su pequeño núcleo.
Ellos y los incondicionales, los que piensan igual que él. Ellos y sus pares, sus iguales, sus espejos.
Se hacen conocer rápido.
Actúan a toda velocidad.
Toman decisiones como un rayo.

Es más fácil. Es simple. Casi no hay con quien consultar. No hay esfuerzo para decidir. Todo es más práctico. Hay menos stress.
Menos problemas.

Pero así no se llega lejos.
Nunca.

Para ir lejos es necesario ir con otros.
Esto no quiere decir rodearse bien, que también hay que hacerlo pero que no es lo mismo. Ir con otros significa aliarse con otros.
Aliarse con otros.
Eso.

Un aliado es alguien cuyo pensamiento tiene puntos de contacto con el tuyo aunque no coincide en el 100 %. Por lo tanto piensa diferente. Actúa diferente. Es diferente.

Por eso construir una alianza es trabajoso, es lento, es complicado.
Requiere paciencia, aceptación del otro como otro, como diferente.
El otro como distinto, no como igual.
Requiere tiempo, trabajo, esfuerzo.
Un esfuerzo que jamás culmina porque siempre hay algo nuevo que rearmar, que reconstruir.

Construir una alianza es tejer y tejer, todos los días.
Todos.

¿Qué es más costoso? Sí.
¿Que hay cosas de tu aliado que no te gustan? También.
¿Que si los aliados son varios los problemas se multiplican? Claro que sí.

Pero es la única manera de llegar lejos, de llegar a tus metas.
El camino fácil, solitario y veloz, conduce a la nada. Como un fósforo que se enciende, brilla de modo rutilante y luego se apaga y queda solo en humo. Puro humo.

De la política de alianzas depende gran parte de los resultados electorales. De la capacidad de hacer acuerdos y alianzas depende el destino político de candidatos y partidos.

Más vale que aprendas a manejar bien la llave maestra de las alianzas.

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Fuente: Daniel Eskibel: www.psicociudad.com
 
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